domingo, 29 de julio de 2012

Si hay imposición, ¿habrá revolución? Razones para perder el miedo



[Marcha en Gaudalajara #YoSoy132. Foto: Arturo Campos Cedillo.]

Juan Manuel Velázquez Ramírez.- 
A lo largo de la historia la revolución ha aparecido en todo momento como un fantasma que aterroriza a las clases y grupos dominantes. En el México actual sucede lo mismo. Los grupos financieros, industriales y de las grandes empresas comercializadoras se imaginan una revolución que les arrebata los privilegios que resultan de la evasión de impuestos, del privilegio de licitaciones y concesiones; y de políticas económicas que favorecen la expansión y el control de mercados, su consolidación monopólica y la acumulación de sus ganancias. Las organizaciones políticas partidarias temen perder con la revolución los ingresos económicos millonarios que obtienen a nivel de financiamiento, sueldos y privilegios materiales, en curules y de estatus social; también temen perder sus cuotas de poder en el campo político y su manejo corporativo de masas. La burocracia de los sindicatos cree que con la revolución va a perder sus privilegios de control de los trabajadores, sus ingresos económicos por concepto de cuotas y su capacidad de negociación política con el gobierno. Las empresas de comunicación de masas se imaginan una revolución que les hace perder las concesiones y el control del espectro radioeléctrico; que les destruye su carácter monopólico económico y simbólico; y que coloca bajo el control de la ciudadanía el diseño, la producción y la difusión de sus contenidos. A las instituciones del Estado (gobierno, Ejército, parlamento, IFE, Tribunal Electoral) les causa pánico una revolución porque se imaginan ya sin el monopolio político y de violencia física, y sus privilegios económicos, materiales y de legitimidad social. La jerarquía de las iglesias teme que la revolución destruya el control espiritual que mantienen sobre los creyentes; que se les reste capacidad de negociación respecto a otros grupos de poder; y se vean limitados sus beneficios económicos e ideológicos. Los narcotraficantes le temen a una revolución porque piensan que ella les puede quitar, sobre todo, las condiciones de pobreza, marginación y des/configuración del tejido social que favorece su permanencia, y la complicidad de los gobiernos que posibilita su enriquecimiento.

La revolución aparece así como un peligro para los poderosos. Pero entonces, surge la pregunta ¿por qué una revolución genera miedo entre las clases y grupos subordinados? ¿Qué perderían estos con una revolución?

Los jóvenes perderían con una revolución la incertidumbre que genera el no tener garantizado el acceso a la educación, al trabajo, al entretenimiento y a la navegación virtual. Las mujeres con la revolución perderían el trato discriminatorio de género, el miedo a ser y decidir por ellas mismas y el miedo a transitar por las calles; también perderían la doble jornada que obligadamente tienen que cubrir. Los homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgénero, travestis perderían con la revolución las burlas, la discriminación y la ausencia de derechos ciudadanos. Los trabajadores perderían con la revolución la incertidumbre en el empleo, los bajos salarios, las condiciones de trabajo desfavorables y la sujeción a sindicatos oficialistas. Los campesinos perderían con la revolución el abandono en apoyos económicos y tecnológicos, el despojo de sus tierras aguas y bosques, y la marginación social y el control político de gobiernos y narcotraficantes. Los indígenas perderían con la revolución su rezago y discriminación ancestral, perderían el dominio caciquil y sus muertos por la violencia. Los habitantes pobres de las colonias perderían la irregularidad en sus terrenos, la ausencia de servicios e infraestructura, la carencia de servicios de salud y la inseguridad en las calles. Los habitantes de las ciudades perderían con la revolución el predominio del automóvil, la ausencia de espacios verdes, y de recreación y cultura. Los niños con una revolución perderían la inseguridad ante el futuro, el trato discriminatorio de los adultos, el miedo de jugar en las calles, de ser abusados sexualmente y que se violen sus derechos. Con una revolución los creyentes perderían el monolitismo del discurso religioso, la exclusión de las mujeres al ejercicio sacerdotal, y la jerarquía de representantes que los somete y atemoriza. Las audiencias de medios de comunicación de masas perderían con una revolución el monopolio de medios que homogenizan la oferta de programas de baja calidad en producción y contenidos; y perderían el estatus de consumidores y su rol de simples receptores. El país perdería con una revolución su subordinación al imperialismo norteamericano y a las medidas de la banca internacional.

Podemos agregar que el que los ricos y poderosos tengan miedo a una revolución es hasta cierto punto comprensible. Pero el que a los que hemos sido colocados como subordinados en este país tengamos miedo a una revolución, sólo es explicable por la representación dominante que de esta han propalado los propios grupos en el poder. Dicen que una revolución es inestabilidad, violencia, guerra, crisis, ruptura de instituciones. La imposición de un candidato es ya una medida que desequilibra, genera crisis política, rompe la legalidad institucional y es continuación de la guerra económica, política, social y cultural cotidiana que ya existe contra los que menos tienen.

El problema que existe es que la revolución no se reduce a una acción, como tomar las instalaciones de Televisa o apropiarse del Palacio Nacional. La revolución es un proceso de empoderamiento cotidiano, individual y colectivo, que se traduce en capacidad de crear, sentir, pensar, imaginar y producir bajo criterios de autonomía, independencia, colaboración y solidaridad con los otros. Y esta sólo puede ser una revolución de la mayoría, de acciones cotidianas creativas y disciplinadas; una que mire hacia otros movimientos presentes y pasados, pero que decida sus rutas con originalidad. Una revolución tan necesaria para comprobar que las utopías, cuando son realistas, también se pueden alcanzar.

jueves, 12 de julio de 2012

ACCIÓN URGENTE, MINERA EXCELLON AMENZA A EJIDATARIOS EN DURANGO


EMPRESA EXCELLON RESOURCES, INC. AMENAZA A EJIDATARIOS DE LA SIERRITA CON ARRESTO Y ACCIONES JUDICIALES; EJIDO EXIGE EL RESPETO A SUS DERECHOS HUMANOS DESPUÉS DE VARIOS INTENTOS DE DIÁLOGO CON LA EMPRESA



Hechos

La empresa minera canadiense Excellon Resources, Inc. amenazó el 11 de julio de 2012 a los miembros del Ejido “La Sierrita” y a su asesor, la organización no gubernamental, el Proyecto de Derechos Económicos Sociales y Culturales, A.C. (ProDESC), con iniciar acciones penales y judiciales en respuesta al bloqueo pacífico del Ejido de la mina de la empresa La Platosa. El 8 de julio de 2012, más de setenta ejidatarios del Ejido "La Sierrita", ubicado en el municipio de Tlahualilo, Durango, decidieron llevar un cabo el cierre de la mina La Platosa.

El paro se da como resultado de la falta de voluntad por parte de la empresa a resolver una serie de incumplimientos y violaciones por parte de Excellon al contrato de ocupación temporal firmado entre la empresa y el ejido desde abril del 2008. 

En el comunicado del 11 de julio de 2012, la compañía dio a conocer que los gobiernos estatal y federal  intervendrán en el conflicto entre la empresa minera y el Ejido en las próximas 24 a 48 horas. La compañía califica a la acción del Ejido como ilegal, sin embargo, no reconoce que dicha acción es la respuesta de casi ocho meses en los que el Ejido ha intentado en varias ocasiones mediante el diálogo resolver las violaciones flagrantes de la empresa del contrato de ocupación de tierras que se firmó en el 2008. La Asamblea Ejidal, una vez que ha agotado los diferentes canales de diálogo y debido al poco interés que tiene la empresa minera en resolver el conflicto, ha decidido, haciendo uso de su legitimo derecho, realizar la protesta pacífica de la mina con la intención de obligar a la minera a resolver y poner fin a una serie de violaciones e incumplimientos al contrato de ocupación temporal y se cumplan las clausulas a la construcción de una planta tratadora de agua, al otorgamiento de concesiones, al pago justo de la renta de la tierra, entre otras.

Las amenazas de la empresa representan un grave riesgo para la integridad física y la seguridad de los ejidatarios que están tratando de manera pacífica exigir el respeto a sus derechos humanos frente a la empresa.

Antecedentes

Desde el año 2004, la empresa minera Excellon de México, filial de la trasnacional Excellon Resources Inc., se estableció en el municipio de Tlahualilo, Durango, arrendando tierra de uso común del Ejido “La Sierrita” con un contrato por demás abusivo, injusto y diseñado para el beneficio casi exclusivo de la compañía minera. En el 2007, con la intervención de ProDESC, el Ejido decidió parar la mina con la intención de mejorar las condiciones contractuales. Después de tres meses de paro, se lograron avances importantes en la relación entre el Ejido y la empresa, estableciéndose cláusulas donde obliga a la empresa a responder a demandas que contribuyan, entre otras cosas, al desarrollo de proyectos productivos que incidan en el mejoramiento de la calidad de vida de los ejidatarios.

Sin embargo, las clausulas del contrato de arrendamiento se han incumplido e, incluso, violado, lo cual ha obligado a los ejidatarios a emplazar a una mesa de revisión con Excellon desde noviembre del 2011,  haciendo de su conocimiento la intención de sentarse a dialogar y resolver el conflicto entre ambas partes. Representantes de la empresa dilataron el proceso de diálogo en varias ocasiones y mostraron poca disposición para resolver el conflicto a pesar de que reconocieron los incumplimientos y violaciones por parte de la empresa. Asimismo, se acordó otra reunión el 6 de julio de este año, la cual canceló la empresa de forma unilateral dos días antes. Por lo anterior, los ejidatarios en Asamblea Ejidal decidieron el 8 de julio iniciar el bloqueo de la empresa.

Peticiones

Por lo anterior, las organizaciones firmantes ante estos hechos exigimos que:

1. Se tomen de manera inmediata las medidas apropiadas para garantizar la seguridad e integridad física de los ejidatarios.

2. Garantizar el derecho de los ejidatarios de “La Sierrita” a exigir legítimamente el cumplimiento del contrato de arrendamiento y evitar con ello una acción de represión por parte del gobierno local, estatal o federal, haciendo uso de la fuerza en contra de los ejidatarios. 

Favor de enviar los llamamientos a las siguientes autoridades pertinentes inmediatamente:


Lic. Felipe De Jesús Calderón Hinojosa
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
Residencial Oficial de Los Pinos, Casa Miguel Alemán, Col. San Miguel Chapultepec, C. P. 11850, D. F. 
Tel. 5550935300
Email: felipe.calderon@presidencia.gob.mx


Lic. Jorge Herrera Caldera
Gobernador Constitucional Del Estado De Durango
5 de Febrero 800 Poniente, Col. Centro, Durango, Durango
Email:  webmaster@durango.gob.mx
transparencia@durango.gob.mx
Tel. 8270840, 8270847  (01) 618 827 0848


Dr. Alejandro Poiré Romero
Secretario de Gobernación
Bucareli 99, 1er. piso, Col. Juárez, México D.F., C.P.06600, México
Fax: +52 55 5093 3414
Email: secretario@segob.gob.mx


Dr. Raúl Plascencia Villanueva 
Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
Edificio “Héctor Fix Zamudio”, Blvd. Adolfo
López Mateos 1922, 6° piso, Col. Tlacopac San Ángel, Del. Álvaro Obregón, C.P. 01040, México, D.F.
Tels. y fax (55) 56 81 81 25 y 54 90 74 00
correo@cndh.org.mx


Marisela Morales Ibáñez
Fiscal General de la República
Av. Paseo de la Reforma 211-213, Col. Cuauhtémoc, Del. Cuauhtémoc, México D.F., C.P. 06500
Fax: +52 555 346 0908
Correo-e.: mmoralesi@pgr.gob.mx                 


Lic. Omeheira López Reyna
Unidad para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, SEGOB. 
Tel: 52 5551280000, Ext: 11875 o +52,  5557287400 romeheira@segob.gob.mx


Jaime Fernández Saracho
Secretario de Gobierno de Durango
Palacio de Gobierno, Planta Alta, 5 de Febrero esq. Bruno Martínez, Zona Centro, C. P. 34000, Durango, Durango
Email: presidencia@cedh-durango.org.mx
Tel. (01) 618 8118814 ext. 143


Lic. Felipe de Jesús Martínez Rodarte
Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Durango
Cerro Gordo No 32, 2do Piso, Fracc. Lomas del Parque, Durango, Durango 
Tel: 618-130-1969 y (01) 618 1301970
Email: presidencia@cedh-durango.org.mx


Peter Crossgrove
Executive Chairman & Intercim CEO
20 Victoria Street, Suite 900, Toronto, Canadá
Tel. 4163641130, Fax 4163646745
Email: pcrossgrove@excellonresources.com
info@excellonresorces.com 


Ing. Bernardo de Anda Magallanes
Presidente Contittucional del H. Ayuntamiento de Mapimí
Hidalgo No. 1 C. P. 35200, Mapimí, Durango
Tel. (01) 872 7622111 y (01) 872 0722776
Email: ernestogarciaochoa@hotmail.com


Ing. Horacio González Alvarado
Presidente Constitucional del H. Ayuntamiento de Tlahualilo
C. Hombres Ilustres s/n y 
Emiliano Zapata, Col. Centro, C. P. 35290
Tel. (01) 872 7610130
Email: brenda_j.l@hotmail.com


Lynn Hartery
Asuntos Políticos Embassy of Canada in México
Schiller No. 529 Col. Polanco, C. P. 11560, México D. F. 
Tel. 52 5557247900,  Fax. 52 55 5724 7983
Email. Lynn.hartery@international.gc.ca


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PRODESC A.C.
Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, A.C. trabaja sobre la defensa, investigación y capacitación en derechos humanos a nivel local.
55122230